html> Cuentos para elefantes. : Cosas del noche a noche.

Cosas del noche a noche.







-Oh, tienes una pestaña. Pide un deseo.


Él cerró los ojos muy, muy fuerte, con una extraña mueca de concentración. Los abrió y sopló en el dedo de la chica, hasta que la pestaña salió volando.


-Vale, ¡pero no me lo digas! Que eso no se puede decir hasta que se haya cumplido.


+Es que ya se ha cumplido.


-¡¿Ya?! ¿Y qué era?


+Que sonrieras.


No se había dado cuenta, pero llevaba un buen rato sonriendo, y esa vez su sonrisa fue aún más ancha.