html> Cuentos para elefantes. : Esos días.

Esos días.

Una simple sonrisa puede cambiarlo todo. Una sonrisa, acompañada de ojos brillantes y aún más sonrientes que los labios, aún más. Hoy, la felicidad llevaba nuestras miradas como pie de página. Si nos hubieran estrujado, la habrían obtenido en zumo y si nos hubieran escuchado, la habrían obtenido en palabras, o en besos, qué se yo. Pero nadie lo hizo, así que más para nosotros. Hoy, última tarde de noviembre, es uno de esos días maravillosos, uno de tantos que guardamos en un libro de visitas que hace tiempo dejó de tener sentido, porque ya no somos visitas. Vinimos para quedarnos en la patata del otro, para hacernos un hueco, sacar el saco de dormir, y acampar allí, aunque haga frío, nieve o llueva; en los corazones siempre se está calentito y, si no, lo abrazamos muy flojito, con cuidado, que vaya que se rompa, porque son frágiles como pajaritos, y le damos calor. 

Una simple sonrisa puede cambiarlo todo o no cambiar nada, como es el caso, sino sólo abrazar mi corazón con mucho cuidado para transmitirle todo el calor que le hacía falta, y unos ojos brillantes derrochadores de alegría pueden mirarme y aventurarse a bucear en mis dos piscinas oscuras, si es que se atreven... Aunque algo me dice que son valientes. 
Hoy, mis ojos acompañan a los tuyos y se vuelven estrellas, y mis brazos rodean también tu corazón y le susurra palabras bonitas como, por ejemplo, mahal kita  en todos y cada uno de los idiomas del universo. 

Hoy, uno de esos días normales en que absolutamente todo es especial.