html> Cuentos para elefantes. : Noches de día.

Noches de día.

Mueren las luces, y los pájaros se inclinan ante aquel Dios que nunca existió.
Mueren las luces y reposan sus alas cansadas sobre las copas de los castaños y los pinos y los robles y los chopos y los cáñamos olvidados a la orilla del río azul.
Mueren las luces y los niños ahogan sus risas en vasos de leche y galletas y programas de televisión que no deberían ver.
Mueren las luces y unos cuantos se mean en la cama tratando de huir del Hombre del Saco mientras otros se dejan atrapar por Morfeo para renacer con la alborada.
Mueren las luces y el carpintero de la esquina maldice su edad al bajar una persiana metálica que no volverá a levantar.
Mueren las luces y un Pinocho se despierta en una carpintería de la Rue París, llorando lágrimas de serrín sin saber qué hacer.
Mueren las luces tras un día de muertos en Palestina, en Syria, en República Centroafricana, en México.
Mueren las luces, pero nunca despiertan, absortas en un letargo matutino perenne, hundiendo el rostro en unas sábanas que no son suyas, dando media vuelta, muriendo para siempre.

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